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“Trabajar la medicina con perspectiva de género implica ampliar la mirada a todas las realidades”

La doctora Sandra Magirena (@consultoriomagirena) conversa con Océano Medicina sobre la ginecología y sexología con reconocimiento de la diversidad

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Con su manera de explicar la medicina desde una visión abierta y honesta, la doctora Sandra Maginera, ginecóloga y sexóloga de la Universidad de Buenos Aires, ha sabido transformar su cuenta en redes sociales en un espacio de comunicación efectiva sobre salud sexual y reproductiva.

Esta profesional, que cuenta con más de 13 mil seguidores en Instagram (@consultoriomagirena), defiende desde sus redes, en la TV Pública y desde su consultorio la necesidad de un abordaje integral, inclusivo y diverso de la medicina; y pone foco en la prevención en salud sexual y en el respeto de las individualidades que componen el colectivo.

En entrevista con Océano Medicina, Magirena define los nuevos roles y perspectivas que considera cruciales para el ejercicio actual de la ginecología y la sexología. Además, invita a las y los profesionales de la salud a “encender el Bluethooh” y empatizar con lo diverso y lo humano en la atención de sus pacientes.

Militante de lo que dice, responde a las preguntas en lenguaje inclusivo y plantea ejemplos claros de cómo el aprendizaje y la deconstrucción constante han sido fundamentales para ella en sus 37 años de experiencia médica.

Dra. Sandra Magirena.

-¿Por qué decidió dedicar su cuenta de Instagram al abordaje de temas ginecológicos y de sexualidad?

-Tengo 37 años de recibida, soy ginecóloga, me formé en sexología y trabajo con personas con problemáticas de violencia.  No crecí ni me formé con la tecnología, pero mi trabajo en estas temáticas y con población infantojuvenil me llevó a actualizarme y deconstruir el modelo médico tradicional y así poder adaptarme a los nuevos paradigmas .

-Estoy convencida que la mejor manera de hacer prevención en salud sexual es la educación sexual integral y, para que el aprendizaje se produzca, la comunicación debe ser la adecuada. Es por esto que me puse a estudiar y comprender el manejo de las redes sociales para poder transmitir conocimientos sobre prevención a la población en general y a lxs jóvenes en particular.

-No te voy a mentir, no fue fácil, me costó bastante entender los códigos, pero la TV y la respuesta de la gente fueron los motores principales.

-¿Cómo realiza la selección de temáticas y contenidos que publica en sus redes?

Te diría que casi 90% de las publicaciones surgen de lxs consultantes. Por ejemplo, hay un video de cómo hacer una barrera de látex que surgió de una consulta: Una chica que tenía sexo con chicas y no sabía cómo protegerse me pidió que le explicara y, al comenzar con la parte práctica, ella misma me dijo “¡pará! ¿te puedo grabar así le muestro a mis amigxs?” y así salió en directo.

-Otro lugar de mucho impacto fue la TV pública. Hablar de cosas que le pasan a las personas de manera sencilla y coloquial hizo que surgieran miles de consultas que hicieron explotar mis redes

-Hoy, al ser más lxs seguidorxs, recibo sugerencias de temas para tratar. Suelo decir en mis conferencias que, en mi vida profesional, mis principales maestrxs fueron lxs consultantes.

-¿Por qué considera importante que la perspectiva de género sea incluida en especialidades médicas como la sexología y la ginecología? 

-Esto también ha sido en mi vida profesional un punto importante en mi deconstrucción. Pensá que, siendo médica, cuando me hablaban de género ¡se me venía a la mente una tela!. Yo estudié medicina bajo el modelo Biomédico, donde el aprendizaje se basa en la fisiología y la patología. Entonces, todo lo demás no existía: si yo no encontraba una respuesta, derivaba al psicologx.

-Con el tiempo, afortunadamente, esto fue modificándose y hoy estamos frente a modelos de atención más integradores. Por ejemplo la apertura que dio la PINE para entender los modelos médicos cuerpo mente

Incluir al individuo en un contexto social, familiar, cultural y espiritual cambia radicalmente la mirada que el médico pone sobre el concepto de salud/enfermedad; y ni qué hablar de poder escuchar otras narrativas que lxs consultantes traen y que tienen que ver con los propios sistemas de creencias y su propia cultura .

-Siendo ginecóloga, me formé para acompañar mujeres heterosexuales. Hoy, además, consultan mujeres trans, varones trans, mujeres fluidxs, no sólo en el cuidado de su salud y sus cuerpos, sino también de su sexualidad.

-Me cambié los anteojos y ahora lxs miro con otra perspectiva. Eso es a lo que me refiero cuando digo que trabajo con perspectiva de género, ampliando mi mirada, saliendo del modelo médico hegemónico y del sistema heteronormativo cissexista, donde todo tiene que entrar en una clasificación, en un cuadrito, en una norma o, si no, es anormal o patólogico.

-Durante el año pasado, fue notoria una mayor discusión entre mujeres sobre métodos de gestión menstrual (como la copita) o de alternativas de anticoncepción ¿Qué considera que ha cambiado? ¿Cuáles son las consultas más frecuentes que recibe de parte de sus seguidorxs/pacientxs?

-Creo que en los últimos años el feminismo ha sido el movimiento político más trascendente. Algo que se viene gestando hace muchísimos años y que hoy está madurando y visibilizando cuestiones y tabúes ancestrales. Por suerte, ¡lo puedo ver palpar, y sentir en primera persona!

-El sexo, el amor romántico, la monogamia, y la menstruación son algunos de esos temas que han entrado en discusión. Por ejemplo, la menstruación (como la vulva)  antes no tenía un nombre aceptable para la sociedad. “El asunto”, “Andrés” o “indispuesta” son algunas de las formas con que las mujeres hablábamos de nuestros períodos. Mancharse era un bochorno, las publicidades de toallitas mostraban la sangre de color azul, es más, hoy en día se escucha hablar en ámbitos académicos que la menstruación no tiene una función específica y es mejor suprimirla, “para que la persona ahorre sangre” (como si la Madre Natura fuera poco creativa y esta función sea para anemisarse).

-Pues bien, hoy las mujeres deciden sobre sus cuerpos y están las que disfrutan menstruar y se sienten bien con ello; y están las que no, y eso también está bien. Le ginecologx tiene que escuchar y acompañar la decisión y el deseo de cada persona con útero sobre qué es lo que más le hace sentir bien .

-El uso de la copa menstrual no solo tiene un impacto ambiental positivo al reducir el volumen de basura no degradable, sino que además permite a la mujer habitar su vagina, conocerla, incluirla, sentirla, tocar su vulva, y vencer el mito de lo sucio y asqueroso que siempre se asoció a la sangre menstrual y a los genitales femeninos, por que con los penes la historia ha sido diferente.

-¿Cuáles considera que son hoy los principales retos que deben ser atendidos o transformados en materia de sexualidad y perspectiva de género en el sistema de salud? ¿Por qué?

-En primer lugar, en la currícula médica deben incluirse aspectos que nos enseña la sociología, como los aspectos desarrollados en las teorías sobre género. En lo personal, creo que la oferta de formación en temas de sexología carece de perspectiva de género y está muy centrada en la normativa y estereotipos de conductas que son privativas de los deseos de lxs personas.

El sistema de salud tiene que incluir educación sexual integral en todos los consultorios y especialidades, donde se puedan escuchar las demandas de lxs consultantes y hacer una devolución contextualizada y centrada en esa demanda y no intentar normatizar algo que se vincula exclusivamente con el placer. Convengamos que el avance en las técnicas de reproducción asistida ha dejado la sexualidad en su libre expresión y sólo vinculada al goce; con esto quiero decir que lo del pene en la vagina ya no es la única manera para pasarla bien.

-Podría darte miles de ejemplos de consultantes etiquetadxs “disfuncionales” que, con sólo con darles espacio para una escucha activa y un espacio de reflexión compartida, se alivian los síntomas. Finalmente, estoy convencida que lxs profesionales que trabajamos en la sexualidad de otrxs, tenemos que tener muy bien trabajada la propia, comprender y aceptar nuestrxs propixs miedos e inseguridades, reconocer nuestrxs juicios y creencias, y aprender a ponernos las lentes adecuadas para poder trabajar con perspectiva en cada caso particular y viendo a la persona como un todo.

-¿Qué les recomienda a las y los profesionales de la salud para convertir sus espacios de consultas en lugares más inclusivos?

-El trabajo personal, sin duda. La práctica del Mindfulness ha sido para mí la herramienta más valiosa, por que me permitió reconocerme, aceptarme, ser compasiva conmigo y con lx otrx. Suelo decirles a lxs residentes que aprendan a encender su “bluetooth”, y así la transferencia comunicacional entre profesional y consultante será mucho más fluida y eficaz.

-Sé que quienes lean esta nota se podrán sentir molestxs por que uso lenguaje inclusivo, pero es así como se empieza a tener perspectiva: si algo incomoda, quizás valga la pena tomarse un momento para parar, mirarlo y prestarle atención. Ese es el primer paso que quiero promover.

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