Once bebés fallecieron en medio de un estudio médico realizando en Holanda, que pretendía demostrar la supuesta eficiencia de la administración de sildenafilo (conocido como Viagra) durante la gestación para tratar casos de insuficiencia placentaria.

El reporte de las muertes ocasionó que la investigación fuera detenida de inmediato, y ha puesto en alerta al resto de las gestantes que participaron en el estudio y a la comunidad médica internacional. Los autores del estudio reportaron que, en total, 93 mujeres recibieron este fármaco como parte del ensayo y, hasta la fecha, 17 de los bebés nacieron con trastornos pulmonares, y once murieron. Quince mujeres que recibieron el medicamento están todavía a la espera del momento de dar a luz, y se encuentran angustiadas, porque no se descarta que la cifra de fallecidos pueda aumentar.

Wessel Ganzevoort, médico e investigador del Centro Médico Académico de la Universidad de Ámsterdam, estuvo a la cabeza del ensayo y declaró su consternación frente a este resultado crítico e inesperado. En una entrevista que fue publicada en el periódico De Volkskrant, aseguró: “queríamos mostrar que esto es una forma eficaz de promover el crecimiento de los niños, pero ha ocurrido lo opuesto. Estoy conmocionado. Lo último que quieres es dañar a tus pacientes”.

El estudio, que inició en 2015, se llevó a cabo en diez hospitales holandeses y tenía como objetivo evitar el crecimiento intrauterino retardado por insuficiencia placentaria. Este no es el único ensayo en el mundo en el que se estaba probando el efecto de este fármaco en bebés y gestantes. De hecho, el autor declaró que entabló de inmediato una comunicación urgente con un laboratorio de Canadá donde se estaba realizando un estudio similar y les solicitó que también lo interrumpieran cuanto antes.

Expertos que declararon al diario británico The Guardian aseguran que es probable que el sildenafilo haya ocasionado una subida repentina de la presión arterial en los pulmones de los recién nacidos, y que esto se haya traducido en un insuficiente aporte de oxígeno y, finalmente, en la muerte de los neonatos. Todavía se espera la conclusión oficial de los investigadores.

En contraste, el grupo control de este ensayo estuvo integrado por 90 mujeres que recibieron un placebo. Tras los nacimientos, registraron tan solo tres neonatos con alteraciones respiratorias y, afortunadamente, ningún fallecido.

Todos los casos que fueron seleccionados para este estudio eran de mujeres gestantes cuyos fetos no presentaban un desarrollo normal desde el inicio del embarazo.”El pronóstico para esos bebés era negativo y no se conocen otros tratamientos”, declaró Ganzevoort.

Ninguna de las mujeres ha presentado hasta ahora alguna complicación de su estado de salud físico; sin embargo, los investigadores planean continuar el seguimiento con ellas al igual que con sus bebés para responder ante cualquier nueva emergencia vinculada con este estudio.

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