El neumonólogo Carlos Codinardo conversó con Océano Medicina sobre el abordaje farmacológico de las patologías respiratorias
Registros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) precisan que las infecciones en las vías respiratorias ocasionan en promedio 3.46 millones de muertes anuales.
De acuerdo con la entidad, uno de los patógenos involucrados con las infecciones más graves de esta índole es el neumococo, que “causó 8,9 millones de casos de neumonía en el 2015, siendo 3,5 graves o muy graves”.
El doctor Carlos Codinardo, jefe de Neumonología del Hospital Universitario Pirovano y miembro activo de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), es experto en la temática y fue entrevistado por Océano Medicina para conocer especificaciones sobre el abordaje farmacológico de las patologías relacionadas con la enfermedad neumocócica.
De acuerdo con este reconocido profesional de la salud, “la enfermedad neumocócica es una severa infección bacteriana causada por el Estreptococo pneumoniae, también conocido como neumococo”. El término “se usa para una amplia gama de infecciones causadas por neumococo, entre ellas: otitis y Sinusitis, neumonía aguda de la comunidad, bacteriemia y sepsis neumocócica y meningitis neumocócica”.
-¿Cómo realizar el diagnóstico efectivo de la enfermedad neumocócica en adultos?
-El neumococo se transmite por la vía aérea o por exposición directa a partículas respiratorias de personas infectadas o que portan la bacteria. Las infecciones ocurren con mayor frecuencia durante el invierno y a principios de la primavera, cuando las enfermedades respiratorias son más comunes.
-Aunque el periodo de incubación es variable, por lo general dura entre uno y tres días. Los síntomas generalmente incluyen fiebre repentina y temblores o escalofríos. Otros síntomas comunes pueden incluir dolor de cabeza, tos, dolor en el pecho, desorientación, falta de aire, debilidad y ocasionalmente, rigidez de cuello.
-Se puede diagnosticar la enfermedad neumocócica por el tipo de síntomas que presenta el paciente y por cultivos de laboratorio específicos de esputo, sangre o líquido espinal.
– En cuanto al abordaje farmacológico, ¿qué tipo de tratamiento debe ser administrado para pacientes con diagnóstico asociado a l neumococo, según la gravedad de la patología?
-Aunque el tratamiento de elección para la infecciones neumocócicas es un antibiótico beta-lactámico o un macrólido, el manejo está convirtiéndose en un desafío cada vez mayor debido a la aparición de cepas resistentes. Las cepas con fuerte resistencia a la penicilina, ampicilina y otros beta-lactámicos son comunes en todo el mundo. El factor predisponente más usual para la resistencia a los beta-lactámicos es la administración de estos antibióticos en los últimos meses. La resistencia a los antibióticos macrólidos también ha aumentado significativamente; estos fármacos ya no se recomiendan como monoterapia para pacientes internados con neumonía adquirida en la comunidad.
-¿Qué hacer en los casos más graves?
-Los pacientes con cuadros graves de infecciones no meníngeas causadas por microorganismos muy resistentes a penicilina a menudo pueden ser tratados con ceftriaxona, cefotaxima o ceftarolina. También son útiles las dosis muy altas de penicilina G parenteral (20 a 40 millones de unidades/día IV para adultos), a menos que la concentración inhibitoria mínima del microorganismo aislado sea muy alta. Las fluoroquinolonas (como mofloxacina, levofloxacina o gemifloxacina) son eficaces para las infecciones respiratorias por neumococos muy resistentes a penicilinas en adultos. Las evidencias indican que la tasa de mortalidad por neumonía neumocócica bacteriémica es menor cuando se utiliza la terapia combinada (p. ej., macrólido más beta-lactámico).
-Hasta hoy, todos los aislamientos resistentes a la penicilina han resultado sensibles a la vancomicina, pero la vancomicina parenteral no siempre produce concentraciones en el LCR adecuadas para el tratamiento de la meningitis (en especial si se administran también corticoides). Por lo tanto, en pacientes con meningitis, se usan comúnmente ceftriaxona o cefotaxima, rifampicina, o ambas, junto con la vancomicina.
– ¿Cuáles son las complicaciones más frecuentes que pueden presentarse y cómo tratarlas?
-Algunos adultos tienen mayor riesgo de contraer la enfermedad neumocócica, entre los que se incluyen los siguientes: Los que tienen 65 años o más, los que consumen alcohol en exceso, los que fuman, los que tienen ciertas afecciones o cierto estado específico, por ejemplo: efermedades cardíacas, hepáticas o renales crónicas, enfermedades pulmonares crónicas (incluidas la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el enfisema y el asma), Diabetes. inmunodeprimidos (VIH/sida, neoplasias, o daño o falta de bazo), Implantes cocleares (dispositivos electrónicos que permiten que algunas personas puedan oír), o pérdida de líquido cefalorraquídeo (fístulas traumàticas ó patológicas).
-Aunque la incidencia de estas infecciones es mayor en los niños, las complicaciones y mortalidad son más frecuentes en los adultos, sobre todo en los ancianos. Además de neumonía y otitis media aguda, Streptococcus pneumoniae puede producir meningitis, neumonía bacteriémica y sepsis, que son formas muy graves de la enfermedad neumocócica.
-En su experiencia, ¿cuáles indicaciones deben ser consideradas para favorecer la recuperación total del paciente y evitar recaídas?
-Es indispensable la prevención mediante vacunas contra el neumococo, ya que la mortalidad específica de la enfermedad neumocòcica en adultos mayores y niños pequeños es elevada, en particular en grupos de riesgo mencionados, y no se reduce mediante tratamiento antibiótico, sino mediante la prescripción de vacunas específicas.
– ¿Cuáles novedades se asocian al desarrollo y administración de vacunas neucomocócicas?
-Hay dos vacunas antineumocócicas disponibles:
-Vacuna conjugada neumocócica (PCV13): una vacuna conjugada contra 13 serotipos (1, 3, 4, 5, 6A, 6B, 7F, 9V, 14, 18C, 19A, 19F, 23F). Se recomienda para las siguientes situaciones: Todos los niños de entre 2 meses y 6 años, adultos mayores de 65 años y pacientes de 6 a 64 años con ciertas condiciones médicas (tabaquismo, inmunosupresión, neoplasias, esplenectomía). También se recomienda para pacientes de riesgo como aquellos con un implante coclear; pérdida de LCR; anemia drepanocítica u otra hemoglobinopatía; asplenia congénita o adquirida; y cuadros de inmunocompromiso (por ejemplo, inmunodeficiencia congénita, insuficiencia renal crónica, síndrome nefrótico, infección por HIV, leucemia, linfomas, cáncer generalizado, medicamentos inmunosupresores, trasplante de órganos sólidos).
-Vacuna antineumocócica de polisacáridos (PPSV23): vacuna de polisacáridos polivalentes dirigida contra los 23 serotipos que representan > 90% de las infecciones neumocócicas graves en adultos y niños (1, 2, 3, 4, 5, 6B, 7F, 8, 9N, 9V , 10A, 11A, 12F, 14, 15B, 17F, 18C, 19F, 19A, 20, 22F, 23F, 33F). Esta vacuna se recomienda en los siguientes casos: Adultos mayores de 65 años, pacientes de 2 a 64 años que tienen condiciones de alto riesgo. Los demás criterios para la vacunación de pacientes de 2 a 64 años son los siguientes: Un trastorno pulmonar crónico (incluyendo asma), trastornos cardiovasculares crónicos (excluyendo hipertensión), diabetes mellitus, trastorno hepático crónico, alcoholismo crónico. Los adultos de 19 a 64 años que fuman deben recibir 1 dosis de PPSV23.
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