La investigadora Vanesa Gottifredi, Premio L'Oreal-Unesco para las Mujeres en la Ciencia, desarrolla con su equipo alternativas terapéuticas contra el cáncer de mama y ovarios
Un compuesto que permita desarrollar tratamientos más efectivos, selectivos y menos invasivos contra el cáncer. Eso es lo que se ha planteado conseguir la investigadora argentina Vanesa Gottifredi quien, junto con un equipo también liderado por el investigador Gastón Soria, se encuentra trabajando en un prometedor proyecto científico-oncológico.
Gottifredi es jefa del Laboratorio de Ciclo Celular y Estabilidad Genómica del Instituto Leloir-Conicet, y fue galardonada con el primer lugar de la más reciente edición del Premio L’Oreal-Unesco por las Mujeres en la Ciencia, por sus estudios centrados en la búsqueda de alternativas terapéuticas contra el cáncer de mama y ovarios.
En Argentina, el Ministerio de Salud estima que cada año se identifican 19.000 nuevos casos de cáncer de mama. Por eso, en el marco del Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer, los trabajos de Gottifredi para el abordaje de esta patología cobran especial relevancia.
La investigación de Gottifredi y su equipo está orientada a la identificación de mecanismos y compuestos que permitan un combate selectivo de las células cancerígenas, y una acción más eficiente en cuanto a la muerte celular total.
Según describe, en el estudio de nuevos químicos para tratamientos con toxicidad selectiva, han tomado como método de identificación de las células cancerígenas los genes BRCA 1 y 2 negativos, una mutación génica que solo ocurre en casos de tumor o cuando se tiene riesgo real de padecerlo.
Esta característica pone en evidencia y fragilidad a las células que deben ser atacadas, así que en el laboratorio se han dedicado a la identificación de químicos que respondan a las células con esas mutaciones, sin dañar a las otras. Además, al hacerlo, se fijan en los mecanismos de reacción y combate, para no solo registrar el químico idóneo sino entender y a la larga replicar sus métodos como alternativa del tratamiento.
Para esto, están usando plantas e insumos naturales de Argentina. “La idea no es utilizar a la planta en sí. A veces, el principio activo en la plata es tan escaso que sería imposible conseguir para tratar muchos seres humanos, o a veces es una partícula compleja como droga que no entraría en las células. A las plantas, como organismos vivos, se les usa como modelo para encontrar blancos, la proteína que causa esa muerte celular exacerbada, cuál molécula la inhibe mejor y cómo la identifica”.
Así, han impulsado un proceso de screening liderado por Soria, que les ha permitido identificar primero 20 y ahora tres compuestos potenciales.
“Estamos buscando reacciones y, a la vez, esto nos hace entender más por qué estos inhibidores logran causar la muerte celular. Todo eso, es lo que nos va generando información sobre cómo seguir trabajando”.
Gottifredi, Soria y su equipo trabajan con el apoyo de la farmacéutica británica GlaxoSmithKline (GSK), con quienes ya han identificado la función de la inhibición de la proteína PLK1 para la acción selectiva en tratamientos de cáncer de mama y ovarios.
Sin embargo, ellos quieren ir más allá. “Hoy se sabe que la inhibición de PLK1 funciona, pero no se sabe del todo por qué la inhibición de PLK1 mata a la célula BRCA negativa”.
En el actual estudio, no buscan “combinaciones letales racionales, como originalmente habíamos propuesto para la identificación de PARP1 como blanco letal en tumores deficientes en BRCA”. Sino que se colocan “en un contenedor células normales y deficientes para BRCA y las ponemos en contacto con diferentes compuestos de una librería, entre ellos estas plantas, para medir y registrar cuales inducen muerte selectiva en ausencia pero no en prescencia de BRCA”.
El equipo de investigadores también estudia en paralelo la posibilidad de frenar la multiplicación de ADN en las células malignas, para evitar su posible adaptación a tratamientos y, con esto, optimizar las terapias ya existentes y frenar las recaídas.
“El desafío es lograr tratamientos más efectivos, que generen más muerte tumoral, y menos efectos colaterales. La quimioterapia mata muchos tumores, pero sobreviven células que se adaptan y, a la larga, el tratamiento puede fallar. Si queda una sola célula con la capacidad de dividirse, eventualmente, va a colonizar el organismo”, alerta.
En este caso, ya no utilizan a las plantas como blanco, sino a una droga puntual que es inhibidora de la molécula chak, que es una quinasa.
Según explica, espera que este método pueda ser efectivo incluso para otros tumores que no presenten la variación genética en BRCA. “Se están encontrando cada vez más cánceres esporádicos con deficiencias de BRCA 1y BRCA 2, que generan que no se de la recombinación homóloga, y eso causa un firma en el genoma. Esta falta de recombinación ya ocurre en 22% de los cánceres de mama y 60% en cánceres de ovarios, así que algo que también queremos responder es si estos tratamientos centrados en los BRCA negativos también funcionarán en otros casos de cáncer que presentan la falta de recombinación homóloga”, explica.
Consultada por su triunfo en el Premio L’Oreal-Unesco, recuerda que el premio refleja el esfuerzo de todo su equipo y declara: “me parece excepcional que sea un premio de género. Es muy importante que la mujer forme parte de los sistemas de liderazgo. La mujer líder tiene que dejar de ser una excepción, tenemos que lograr que esto sea orgánico y, para esto, hay que empujar el proceso dándole visibilidad“.
“La mujer tiene una situación que es la maternidad, que tiene varias facetas, porque es difícil para una mujer no querer ser madre y también lo es serlo. Por esto, es importante que el Estado acompañe a la mujer científica y no pierda ese talento que es útil para la sociedad y para la soberanía nacional”.
“Creo que en cada mesa de negociación es clave la diversidad para conseguir una perspectiva completa. Necesitamos representaciones verdaderamente colectivas y de las más diversas posiciones y una educación en la que se enseñe que la mujer si puede tomar decisiones y lograr grandes cosas en la ciencia”, concluye.
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