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Transfusiones de sangre: el rol de la enfermería resulta central

El profesional de enfermería tiene un papel central en las transfusiones de sangre. Su correcto desempeño asegura calidad y eficacia al procedimiento. Para ello requiere de entrenamiento y capacitación específica. Eso le permite con solvencia monitorear, tomar decisiones y conducir intervenciones en pacientes que necesitan una transfusión.

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Los aspectos más relevantes del artículo

  • Se conmemoró en Argentina un nuevo Día Nacional del Donante de Sangre Voluntario.
  • En Latinoamérica, el rol de la enfermería en las transfusiones de sangre resulta vital.
  • La calidad y eficacia de la práctica depende del entrenamiento y capacitación de los profesionales en toda la cadena de transfusión.

Este 9 de noviembre se celebró en Argentina un nuevo Día Nacional del Donante de Sangre Voluntario. La fecha conmemora el trabajo del médico Luis Agote y la primera transfusión en el mundo con sangre citratada. Sucedió en 1914 y significó una revolución en el ámbito de la salud. Pero también, la efeméride permite recordar que en muchos países la demanda de sangre aún supera a la oferta disponible. Y que los servicios de hemoterapia y bancos de sangre enfrentan grandes desafíos a la hora de asegurar la disponibilidad de este  elemento vital y sus derivados. Aún así, durante 2020 se recolectaron 8,2 millones de unidades de sangre en Latinoamérica. De ese modo, se beneficiaron más de un millón de personas que necesitaban una transfusiones de sangre.

En un reciente artículo, publicado en la revista Mexican Journal of Medical Research ICSA, se repasa el importante rol que tiene el personal de enfermería en toda la cadena de transfusión. Allí, Rocío Candelario Santiago, enfermera y docente de la Universidad del Itsmo (México) comenta, entre otras cosas, que el profesional de la enfermería logra: disipar miedos en potenciales donantes, explicar la importancia del proceso, identificar correctamente al donante y al receptor, además de vigilar signos vitales antes, durante y después de la transfusión. La labor de enfermeros y enfermeras en el monitoreo y registro resulta central y contribuye en gran medida a asegurar la calidad y eficacia de esta práctica.

¿Qué puede aportar el personal de enfermería antes de la transfusión de sangre?

La transfusiones de sangre son procesos que comienzan luego de la toma de un consentimiento informado. El paciente, o los responsables, tienen derecho a conocer todo lo relacionado con la transfusión, sus riesgos y las posibles alternativas de tratamiento. Controlar la existencia de ese consentimiento es una buena práctica del personal de enfermería al inicio de la cadena de transfusión.

También resulta de utilidad, según el estudio, verificar que el pedido del médico al banco de sangre contenga todos los datos necesarios para la correcta identificación del paciente. Generalmente incluyen: nombre completo, fecha de nacimiento, edad, sexo, número de identificación, número de historia clínica, número de cama y número de habitación. Además, la solicitud debe explicitar el motivo de la transfusión, el diagnóstico principal del paciente, el componente hemático a transfundir y la cantidad de unidades requeridas.

El profesional de la enfermería debe asegurarse que los hemoderivados obtenidos se encuentren en condiciones óptimas para ser transfundidos. Observar la integridad de la bolsa, el color, la inexistencia de coágulos y la cantidad, resultan aquí de utilidad. Ante cualquier anomalía recomiendan directamente la devolución del material al banco de sangre.

Cuidar la seguridad del paciente durante la transfusión

Antes de comenzar la transfusión resulta de gran ayuda la toma de signos vitales. También es recomendable valorar el estado general del paciente, su balance de líquidos, la ingesta de fluidos orales y endovenosos y por supuesto su diuresis. Esto permitirá prevenir e identificar de manera precoz reacciones adversas durante la práctica. La adquisición de una vía venosa de buen calibre dará paso a la transfusión, pero antes resulta importante volver a chequear datos identificatorios.

Numerosos trabajos se han encargado de determinar que la mayoría de los errores durante una transfusión tienen que ver con este aspecto. Por eso, es de buena práctica cotejar al pie de cama los datos del paciente con los consignados en la bolsa del componente sanguíneo. Si existiera alguna discrepancia, los expertos sugieren que lo preferible es suspender la transfusión hasta tanto se subsanen esas incongruencias.

La temperatura del hemoderivado es otro factor que se debe valorar antes de la administración. En ese sentido los distintos protocolos generalmente no recomiendan el empleo de calentadores para las transfusiones de sangre. Para evitar la hemólisis del material y otras complicaciones, es preferible que ese paso sea logrado con la exposición a temperatura ambiente. Además, se debe evitar añadir aditivos al producto, perforar la bolsa, o retrasar demasiado el empleo del material.

Es necesario recordar que la administración de hemoderivados no debe realizarse por una vía en la que se brinden otros agentes terapéuticos. Según se aporten glóbulos rojos, plasma fresco, o plaquetas, la duración y velocidad de infusión del procedimiento podrá variar. Aquí el profesional de enfermería debe controlar el sitio de punción y monitorear los signos vitales del paciente. Recomiendan que lo último sea realizado siempre de manera más intensiva al inicio de la transfusión. Existe un mayor reporte de reacciones adversas durante ese momento.

El rol de la enfermería continúa luego de la transfusión

En la etapa post transfusional los enfermeros y enfermeras siguen teniendo injerencia. Desconectan al paciente de los equipos utilizados y descartan los materiales de manera correcta. Aquí debe ser siempre tenido en cuenta que ante la presencia de una reacción adversa puede ser de utilidad el reenvío de material residual al banco de sangre. Permite su reanálisis y la puesta en marcha de tareas de hemovigilancia. En el paciente se debe extender de manera prudencial el monitoreo de signos vitales, la valoración del estado general y el control de reacciones adversas tardías. Por último, en esta instancia resulta vital tomarse unos minutos para terminar de asentar en la historia clínica todo lo realizado.

Durante este 2022 la Organización Panamericana de la Salud (OPS) volvió a recordar que donar sangre salva vidas. En tanto, Santiago cree que la implementación de una correcta terapia transfusional permite maximizar esos logros. En las conclusiones del articulo pide por un adecuada formación y entrenamiento del personal de enfermería. “Deben tener la capacidad para monitorear, tomar decisiones y conducir intervenciones en estos pacientes”, concluye.

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Fuente/s:

-Candelario Santiago , R., Edú Ortega Ibarra, & Ortega Ibarra , I. H. (2022). Importance of Nursing Personnel in the Transfusion Chain: From Blood Draw Until Disposal. Mexican Journal of Medical Research ICSA, 10(20), 3-6. https://doi.org/10.29057/mjmr.v10i20.7157

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