Estabilizar al recién nacido antes de partir y utilizar vehículos acondicionados con presencia de expertos son puntos claves
Trasladar a tiempo y en las mejores condiciones posibles a un paciente puede ser clave para su supervivencia en casos de emergencias.
La importancia y el necesario rigor durante estos procedimientos son especialmente valiosos cuando se trata de pacientes recién nacidos, donde el transporte médico debe cumplir con adaptaciones oportunas como anclajes de sujeción a la incubadora, y con la presencia de un personal calificado en el área que sea capaz de evitar o atender cualquier posible complicación que presente el neonato durante el traslado.
En el marco del 28 Congreso Argentino de Terapia Intensiva -que se celebrará entre el 29 de agosto y el 1 de septiembre en Rosario, Santa Fe, y que tendrá como tema “Los avances tecnológicos aplicados al cuidado de nuestros pacientes”- Océano Medicina estará ofreciendo a los presentes la posibilidad de inscribirse diferentes actualizaciones, entre esas el Máster en Cuidados críticos e intensivos, certificado por la Universidad San Jorge, de España. Este programa académico ofrece a los profesionales de la salud las herramientas para atender de forma multidisciplinaria a los pacientes en la UCI.
De esa actualización se extraen estas recomendaciones prioritarias para el traslado de neonatos:
1) El traslado debe realizarse en condiciones que aseguren las mejores garantías de estabilidad, utilizando vehículos preparados y equipados, así como personal entrenado.
2) Es preferible el traslado de la madre gestante antes que la movilización del neonato con patología. El útero materno es la “incubadora de transporte ideal” y la posición correcta es en decúbito lateral izquierdo, lo que evita la compresión de la cava y de la aorta. Siempre que sea posible, el parto de un recién nacido de alto riesgo (prematuridad, malformaciones congénitas graves, infección intrauterina) debe producirse en un hospital con UCI neonatal.
3) El adiestramiento del personal sanitario encargado del transporte es fundamental, así como la coordinación y comunicación entre todos los miembros implicados en el traslado, incluidos los profesionales del hospital.
4) Lo ideal es el transporte terrestre en ambulancia medicalizada. El empleo de helicópteros debe reservarse para distancias muy largas. Entre sus inconvenientes, además de la inseguridad y el elevado coste, se encuentran el control inadecuado de la temperatura, las vibraciones, el ruido y las variaciones en la presión atmosférica. El vehículo de transporte debe ser capaz de mantener una temperatura ambiental de por lo menos 25 ºC.
5) La incubadora portátil lleva un dispositivo de servo control, seleccionando una temperatura cutánea de 36,5 ºC. La termorregulación es de especial importancia en el prematuro, que tiene más tendencia a la pérdida de calor. La hipotermia aumenta la morbimortalidad (hipoglucemia, acidosis metabólica) y puede prevenirse envolviendo al recién nacido en papel de aluminio dejando libre la cara y la parte anterior del tórax. La temperatura debe ser controlada con frecuencia durante el traslado.
6) Para garantizar una oxigenación adecuada es conveniente disponer de un oxímetro para medir la concentración de oxígeno (FiO2) en la incubadora y un pulsioxímetro para medir la saturación transcutánea de oxígeno (SatO2) en el RN. Cuando no puedan medirse la FiO2ni la SatO2, se administrará la mínima cantidad de O2 para eliminar la cianosis.
7) Debe llevarse material necesario para intubación, sondas nasogástricas, equipos de cateterización venosa, bombas de perfusión, sueros, medicación necesaria para reanimación, equipo de drenaje de neumotórax. Todo el material debe ser revisado antes de cada transporte, y repuesto convenientemente una vez terminado.
8) La estabilización del paciente antes del traslado es fundamental, debido al grave riesgo de empeoramiento durante el viaje. Además, las maniobras de reanimación siempre serán más dificultosas en el medio de transporte que en el hospital de referencia. Es necesario mantener una ventilación y oxigenación adecuadas, siendo preferible la administración de oxígeno mediante carpa a la oxigenación ambiental en la incubadora, por ser más constante y permitir un ascenso rápido de la FiO2. En recién nacidos prematuros o cuando existan dudas sobre el control de la ventilación durante el viaje, es preferible intubar al recién nacido antes de partir. Si es necesario, se mantendrá una vía de perfusión intravenosa para garantizar un soporte hemodinámico adecuado, evitando la administración de soluciones hiperosmolares por el riesgo de hemorragia cerebral.
9) Antes de iniciar el traslado debe tratarse cualquier patología como asfixia, hipoglucemia, acidosis metabólica, hipovolemia, convulsión o neumotórax a tensión. En caso de sospecha de infección se iniciará tratamiento antibiótico con un betalactámico + aminoglucósido, después de obtener los correspondientes cultivos. Si existe distensión abdominal o riesgo de aspiración se colocará una sonda nasogástrica.
10) Durante el traslado deberán monitorizarse la frecuencia cardíaca y respiratoria, la tensión arterial, la temperatura y la saturación transcutánea de oxígeno mediante pulsioximetría. Asimismo deberán vigilarse la coloración del recién nacido, los movimientos respiratorios y los pulsos periféricos. Se realizarán controles de glucemia capilar y en traslados prolongados se medirá la diuresis.
Con datos tomados del “Máster en cuidados críticos e intensivos”. Más información disponible en este enlace.
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