Con su servicio ayudan a que el bebé acorte su estancia hospitalaria, mejore la temperatura, las constantes vitales y tenga más horas de sueño

Océano Medicina

Ofrecer servicios voluntarios para la atención de pacientes que necesitan de cuidados especiales es una actividad que revela la vocación de quien lo practica. Cada 6 de octubre se celebra el Día del Voluntariado Hospitalario para rendir homenaje a esas personas comunes y profesionales de la salud que ponen su esfuerzo desinteresado al servicio de quienes más lo necesitan.

Un ejemplo de estas labores fue reseñado recientemente en España, en donde un grupo de enfermeras jubiladas organizó un programa de voluntariado en el Hospital Clínic de Barcelona.

El equipo ejerce labores en diferentes unidades del centro, pero presta especiales cuidados en el área de atención neonatal donde se desarrollado el “Proyecto Canguro”. Con ese nombre agrupan a las jubiladas encargadas de la ejecución de un cuidado avalado por la Organización Mundial de la Salud y que consiste en promover el contacto piel con piel del recién nacido.

En casos donde las familias, por diferentes motivos, no puedan ser quienes se ocupen de proveerle el calor corporal a los neonatos, las enfermeras voluntarias que integran este proyecto se ocupan de cargar a los pequeños.

De esta manera, ayudan a los bebés internados en la Unidad de Cuidado Intensivo Neonatal a salir de las incubadoras, cuando es imposible que los padres lo hagan (bien sea por enfermedad o ausencia de los padres, o por problemas logísticos en familias con hijos numerosos).

“El Método canguro consiste en coger al recién nacido en las horas de las tomas, en las horas en las que el niño tiene que comer”, explica Mireia Pascual. “Se ha demostrado que con este método los niños no sólo acortan su estancia hospitalaria sino mejoran su temperatura, las constantes vitales, tienen más horas de sueño y están más tranquilos en general”, declaró al medio español Diario Enfermero la enfermera jubilada Mirela Pascual, quien coordina este equipo en el Clínic de Barcelona

Según detalla Teresa Fusté, encargada de la formación de los voluntarios, este tipo de práctica ya se ha extendido en algunos países occidentales y, de hecho, esa información les sirvió de inspiración para crear su grupo de voluntarios. “En Estados Unidos ya llevan años involucrando a gente mayor especializada y no especializada en proyectos como este que ayudan a los niños ingresados en UCIS neonatales a salir de la incubadora cuando los padres no pueden hacerlo. Con este precedente decidimos instaurar este programa en el Hospital Clínic de Barcelona”.

El “Método canguro” es catalogado por la OMS como “un método eficaz y fácil de aplicar que fomenta la salud y el bienestar tanto de los recién nacidos prematuros como de los nacidos a término”.

Consultada sobre la importancia de la presencia de voluntarios en los centros de salud, Fusté asegura que pueden resultar fundamentales en momentos donde el profesional de la salud y las familias no se dan abasto con los casos. Además, destaca que el servicio resulta aún más valioso, tanto para el paciente como para el voluntario, cuando se trata de alguien con formación en enfermería: “no se tiene que ser enfermera para hacer el voluntariado, pero para la enfermera hacer voluntariado en un recinto es muy bueno porque le da un valor añadido”.

Sin embargo, continúa Pascual, “con todos los voluntarios -sanitarios o no- partimos de cero, se tiene que cumplir una formación y cumplir ciertos requisitos como por ejemplo estar capacitados para tener a un niño en brazos una hora“.

La capacitación que le proveen a estos voluntarios abarca aspectos teóricos y prácticos, que van desde el lavado correcto de las manos hasta indicaciones sobre cómo abrir la incubadora, cargar el bebé o tomarle la temperatura correctamente. “Todo esto se hace con un muñeco y la primera vez que lo haces con un bebé lo haces con una enfermera supervisando. Lo que está previsto es reforzar con talleres periódicos para seguir formando a nuevos candidatos y para que no se pierda la práctica”, explica la enfermera jubilada.

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